Era ser un matrimonio de agricultores en un pequeño pueblo Sevillano hace algo más de 60 años, tuvo dos hijas que llevaban buscándolas muchos años, pero la mujer tenia muchos problemas para quedarse embarazada por eso cuando lo consiguió toda la familia recibió la noticia con muchísima alegría.A mitad del embarazo cuando el marido se había ido unos días a comprar granos a otra localidad. Sofía, la mujer se había llevado un gran susto, alta horas de la noche cuando llamaron a la puerta, ella asustada se levantó para ver quien era, pero al reconocer que era una conocida anciana del pueblo le abrió la puerta para ver si necesitaba algo, le invitó a entrar a su casa porque la veía muy blanca y cara asustadiza, Sofía fue a preparar un poco de leche caliente e intentar tranquilizar a la pobre señora y averiguar que le había ocurrido, pero esta parecía haber perdido el habla… cuando se disponía a servir las tasas, a sus espalda oyó la voz de una mujer, esa mujer la anciana que le decía: “Tus hijas pagaran el daño que tu padre me hizo en vida”, se volvió para preguntarla porque había dicho eso, pero un grito ahogado se quedó en su garganta, allí ya no había nadie… inmediatamente dos golpes muy fuerte en el vientre la hacia perder el conocimiento.
El ruido de las campanas de la iglesia la sacaron de ese sopor, tocaba a muerto, alguien del pueblo había fallecido, creía que la experiencia vivida la noche anterior había sido un sueño o una pesadilla pero al salir a la compra parecía que la realidad era muy distinta, la anciana que la había visitado la noche anterior había muerto. Cuando llegó Antonio su marido le contó lo sucedido pero no le dio mucha importancia. Con el embarazo su mujer se había puesto muy sensible y muy asustadiza, el miedo le invade por quedarse sola una noche.
A los pasos de los meses Sofía fue olvidando aquel horrible acontecimiento y más cuando tenía en sus manos a sus gemelas que durante nueve meses había llevado en su vientre. La madre desde el primer momento se dio cuenta que las niñas no se parecían en nada, físicamente eran completamente distintas, una rubia con ojos azules muy guapa casi angelical, la otra morena con ojos oscuros, rabiosa y llorona. Pasaron los años y la diferencia de caracteres entre ellas se hizo mas notorias, Marta la morena era temida en el pueblo, mataba todo animal que se cruzaba en su camino, pegaba a todos los niños, hacia caer a los ancianos, odiaba con toda su alma a su hermana; lo que hacia, lo que decía, su belleza,… En el pueblo decían que era el mismo demonio encarnado en una niña.
Su hermana Laura era todo lo contrario, era cariñosa con todo el mundo, ayudaba a todo aquel que lo necesitaba y nunca daba problemas a sus padres.
Una noche que ambas hermanas se quedaron en la casa cuando sus padres cosechaban, Marta se volvió loca, perdió la cabeza, cogió el hacha que su padre utilizaba para cortar la leña y asesinó a su gemela, después poco a poco fue cortándola en pedazos…
Después conciente de lo que había echo cogió una gruesa soga y se ahorcó en unas de las vigas. Cuando sus padres regresaron no se podrían creer la escena que se encontraron.
Al intentar descolgar a Marta para ver si aun le quedaba un hilo de vida vieron que tenia agarrada entre sus manos una nota, una nota que decía: “Tus hijas han pagado el daño que tu padre me hizo en vida, mató a mis gemelas y yo me cobrado las deudas con las tuyas”
Nota del autor: Esta es la primera historia de la Segunda parte de Leyendas Urbanas de Sevilla, la primera parte lo he perdido todas pero pronto lo tendré y ya ire poniendo.
(Espero que os guste)
Uno de los multiples ejemplos de esto es Akihabara donde esta prohibido fumar en todas las calles del barrio y solo se puede fumar en una sala para fumadores o en restaurantes que lo permitan.
